Las personas con discapacidad intelectual encuentran en el deporte la oportunidad de mejorar su movilidad, habilidad psicomotriz, rendimiento y la manera de integrarse más fácilmente a la sociedad.
Jorge Fernando Garzón Molina, fue el primero en llegar a la práctica del denominado deporte “bochas”. “Aquí encuentro distracción, paso en familia y lo más importante es sentirme útil”, expresó.
Tiene 54 años de edad, cuenta que a los 9 meses le habrían detectado poliomielitis (una enfermedad contagiosa, también llamada parálisis infantil, que afecta principalmente al sistema nervioso). Han transcurrido los años y dice sentirse como cualquier otra persona. “Soy feliz con lo que tengo, mi Dios me hizo así y no le envidio nada a nadie”.
“Tengo 12 hermanos yo soy el quinto, nadie de mi familia padece de esta enfermedad. He logrado adaptarme a la sociedad”, acotó.
Para practicar bochas se necesitan cinco bolas de madera o caucho: una bola es blanca y pequeña de 48 cm de diámetro, conocida como palina; y las otras cuatro bolas son grandes, con un diámetro entre 107 y 110 cm.
Mientras se prepara para realizar el lanzamiento de la bola, balbucea un tema de Segundo Rosero “corazón de papel”, luego sonríe y dice que es el recuerdo de un amor del pasado. “Nos alejamos porque no me comprendía”.
Don José Fernando es una de las 60 personas con discapacidad que es parte del proyecto impulsado por “Sharks Boccia Club” el mismo que trabaja junto al Municipio de Ibarra para fomentar el deporte, el desarrollo y la inclusión de este sector vulnerable.
Gabriela Urquizo, técnica de discapacidades del GAD-I, indica que está trabajando en conjunto con la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Física (Fedepdif) con el objetivo de generar un ambiente de entretenimiento sano y de desarrollo para niños, jóvenes y adultos que sufren de algún tipo de discapacidad.
Bochas es muy divertido; permite, igual que otros deportes, mucha interacción, participación y que la capacidad de concentración de los jugadores se desarrolle.
El próximo martes 01 de noviembre se realizarán terapias con estudiantes de Universidades de Estados Unidos, que vienen a compartir experiencias de la inclusión de personas con discapacidad en las diferentes disciplinas deportivas.
Para Carmen Tamba, madre de Jefferson (13 años) adolescente con discapacidad intelectual, el trabajo de inclusión que ejecuta el Municipio de Ibarra les ha permitido enfrentar la cruda realidad de la aceptación dentro de la sociedad. “Las terapias que recibimos (me incluyo) es un aporte para saber como manejar la situación dentro de nuestra familias”, sostuvo.
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