viernes, 23 de septiembre de 2016

Adultos mayores y personas con discapacidad se dieron un chapuzón de alegría

Bajo el sol resplandeciente en Chachimbiro (cantón Urcuquí), 100 adultos mayores y 200 personas con discapacidad durante los días miércoles, jueves y viernes gozaron de las aguas termales y de actividades recreativas adecuadas a sus condiciones. El paseo se dio gracias al aporte del Municipio de Ibarra a través del Departamento de Inclusión Social.

“A mí me gusta nadar y lo seguiré haciendo hasta que el cuerpo me lo permita”, dice Rosa Portilla, una de los 40 adultos mayores del grupo Luz y Vida de la parroquia Alpachaca, que estuvieron este viernes en Chachimbiro.
Portilla se recoge su cabello blanco con un cintillo y se pone un sombrero de paja toquilla debido al fuerte calor que se siente en el lugar. Se seca el sudor de la frente y comenta: “Tengo 65 años, pero me gusta nadar.
Los doctores me recomiendan que me calme un poquito, pero si no lo hago, me aburro”. Al lado de ella está su “compinche” Gloria Chalá, que la desmiente diciendo que en realidad tiene 75 años. “Yo no tengo que esconder mi edad. Estas arrugas son pura sabiduría”, responde Portilla picándole el ojo a su amiga.

Magdalena Cupuerán, tiene 69 años de edad,  era una de las más alegres del grupo. “Que rico chapuzón, a los tiempos no es malo”, lo decía entre sonrisas de sus compañeras.
Ignacio Quiroz, es el presidente del grupo Luz y Vida, tiene 72 años de edad, hace dos años llegó a conformar esta familia, cuenta que es Sargento (SP) del Ejército Ecuatoriano, se retiró hace 25 años. Hoy se siente feliz de estar con sus compañeros a los cuáles los trata como hermanos. “Estamos muy agradecidos con el señor Alcalde por tomarnos en cuenta y darnos este aliciente que a nuestras edades es muy significativo”, señaló.

Según Rocío, Directora de Inclusión Social del GAD-I, el objetivo es brindar terapias ocupacionales y de rehabilitación a quienes sufren de alguna discapacidad y a nuestros adultos mayores. “Vamos a seguir trabajando por ellos, para que tengan una mejor calidad de vida”.

Anabel Montesdeoca, fue la encargada de guiar a los abuelitos hasta Chachimbiro y cuidarlos. “Es un gusto estar junto a ellos; son muy cariñosos y nos enseñan cosas importantes”, sostuvo.

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