Cada 20 de marzo se celebra el Dia del Panadero y los jóvenes artesanos panificadores de nuestra ciudad desconocen que el exquisito pan “panamito” que deleita el desayuno de los hogares machaleños fue creado en 1956 por Víctor Hugo Flores Olmedo, cuando tenía 18 años de edad, quien le dio la tradicional textura, sabor y tamaño. En 1984 este conocido personaje se sacó el primer premio de la lotería de Guayaquil; fundó el Club Tanque Rojo; fue masajista de los jugadores del Club Caupolican.
El 18 de Junio del 2002, en la administración municipal del doctor Mario Minuche Murillo, fue declarado el “Mejor Artesano del cantón Machala”. ALGO DE HISTORIA Existen versiones no confirmadas que en Machala, por el año de 1909 ya se cocía el pan que degustaban las pocas familias que existían. En esa época el leñatero (recogedor de leña) llamado Octavio Moscoso, recogía cargas de 25 rajas del mejor algarrobo, pechiche, quiriquinche ó acacia, los colocaba bajo los grandes hornos de barro rojo y al calor de las leñas la masa de harina se quemaba y ornaba mientras el buen olor se difundía en el ambiente del vecindario.
Los años pasaron y la ciudad fue abastecida de este exquisito complemento alimenticio por conocidos panaderos que poco a poco han ido desapareciendo y unos pocos aún viven. Por ejemplo los vecinos de la calle Nueve de Octubre y Buenavista, no olvidarán a Pancho Santacruz que por las tardes cogía su gran canasto y viajaba en el tren a Puerto Bolívar y vendía el producto en el muelle de cabotaje durante la partida de los barcos a Guayaquil. Otro recordado personaje por los habitantes de Puerto Bolívar, fue Jorge Pérez, un artesano panadero que por ser gentil y educado los porteños lo llamaban "Don Pérez", él llegaba en tren que se estacionaba frente al antiguo mercado que estuvo ubicado donde hoy está el jardín “Doralina Saldarriaga”. En el sector de la actual ciudadela La Alborada vivió otro panadero llamado Jorge Montalbán; quienes vivieron por el lado de la calle Nueve de Octubre y Nueve de Mayo compraron pan luego de las cinco de la tarde a un ciudadano que solo se lo conoció como "Ayullita". PANAMITO Víctor Hugo Flores Olmedo, en Machala marcó historia en la panificación y venta por su manifiesta creatividad, ingenio y por su abierta predisposición para hacer amigos; él nació el 11 de julio de 1928 en Santa Elena, provincia de El Guayas. Fue hijo de Gabriel Flores y de Mercedes Olmedo. Sus hermanos son: Fanny, Washington (+), Jenny, Lourdes, Miriam, Jackeline, Víctor Hugo y Patricia. Sus padres por el año de 1935 decidieron vivir en Riobamba, donde Víctor Hugo estudió la primaria en la escuela “Hnos. Cristianos”. Debido a las inclemencias del clima y la falta de estabilidad laboral, diez años después la familia Flores Olmedo, bajó a Guayaquil. Allí Victor Hugo Flores, se hizo de mujer y tuvo hijos. Para atender las necesidades de su joven familia trabajó haciendo de todo y gracias a la amistad que entabló con Don Asaad Bucaram, líder del Partido Político “Concentración de Fuerzas Populares” formó parte del grupo de hombres y mujeres de confianza, pues Víctor Hugo Flores destacaba avivando las masas populares con su estruendosa voz.
Motivado por el boom bananero de la provincia El Oro, y buscando mejores condiciones de vida subió a su familia a bordo de la motonave Jambelí llegando a Machala en el mes de Septiembre de 1956 cuando se festejaba las fiestas religiosas de la Virgen de La Merced. Con mucha suerte se apropió de un solar que ahora está ubicado en las calles Eloy Alfaro entre Junín y Tarqui y levantó, con el paso de los años, lo que él llamó “la covachita”. Como en Guayaquil había trabajado en panaderías, se acercó a la panificadora de Pancho Santacruz, apodado "el camión" a quien le agradó su interés de colaborar le dio su primer empleo en Machala y su jornal fue de 20 sucres a la semana, dinero que no le alcanzaba para mantener a su hija Fanny y esposa, por lo que pidió al “maestro” Santacruz le prestara material para hacer su propio pan y venderlo en las calles y ganar dinero extra. "Tenía todo el material, harina, levadura y azúcar y me pregunté ¿y ahora que pan hago?. me acordé que un amigo en Guayaquil inventó el “pan chilenito”. Decidí confeccionar uno de forma redondo, doble masa, mucha mantequilla en vez de manteca de chancho y se me ocurrió ponerle de nombre “pan panamito”. Con una canasta bien grande llenas de pan salí por las viejas, salitrosas y lodosas calles de Machala.
Gritaba ¡compren el rico panamito.
Panamito, panamitoooo, heyyy panamitos…! y a la gente le causó curiosidad y novedad el nombre del pan y lo compraban y les agradó el sabor. Desde entonces los machaleños compraron mi pan y me apodaron “panamito”. Luego inventé las chepitas, rosquitas y carmelitas", me contó durante un diálogo que mantuve en su casa en febrero del año 2003. LA SUERTE Víctor Hugo Flores, con el paso de los años se relacionó con gente importante de la ciudad de Machala y de la provincia de El Oro, autoridades, diputados, senadores, bananeros, comerciantes, empresarios, deportistas fueron los amigos que diariamente anadió a su listado de buenos amigos este popular personaje.
Le agradó el futbol y se convirtió en dirigente fundador del Club Deportivo “Tanque Rojo” y hasta hizo de masajista años después en el Club Caupolicán. El destino le deparó a su favor un hecho especial, corría el año de 1984 y atendía en la venta diaria del pan y en especial del “panamito” en su habitual puesto en la entrada principal del mercado central. Su alegría contagiaba a las amas de casa que llegaban al mercado. Jamás nadie pudo imaginar que él tenía serios problemas económicos, que estaba en peligro de perder su casa por una deuda bancaria. Cierto día, cuando no sabía con que dinero y como conseguirlo para honrar la deuda con el Banco de Machala, se le apareció una linda muchachita serraniega de apellido Totoy ofreciéndole un guachito de lotería. “Panamito” fue seducido por la sonrisa de la vendedora y compró un quinto del número 63095 de la lotería de Guayaquil; al siguiente día al chequear las páginas de diario El Universo se dio cuenta que había ganado 23 mil sucres. Para él, según contó en vida, fue un milagro de la “Virgen Dolorosa del Colegio San Gabriel” a quien días antes le había rezado y pedido le ayude a conseguir 20 mil sucres para cancelar el préstamo que le aprobó el ingeniero Marcel Laniado, gerente del Banco de Machala, quien fue su amigo y a quien lo ayudó en la campaña electoral para ser electo Alcalde de Machala. Pagó la deuda y le sobró dinero para modernizar su horno para mejorar su famoso producto. SU COMPADRE “Panamito” relató que su mejor amigo fue Miguelito Vásquez, de quien recordó que, “cuando él llegó a Machala, habían muchos panaderos y para ganar clientes daba 7 panes por un sucre mientras que los otros daban 6. El hizo la palanqueta de mantequilla pero crocante. Además inventó la yapa que consistió en regalar otro pan grande conocido como cigarro. Allí nació la yapa que luego se puso en práctica en las tiendas de abarrotes y carnicerías, los dueños de estos negocios a sus clientes regalaban algo más. Yo también me contagié y daba de yapa a mis clientes dos o tres panes pequeñitos más. Con mi compadre en 1969 iniciamos la conformación de la Asociación Profesional de Panificadoras de El Oro y el 3 de diciembre de 1971 logramos el Acuerdo Ministerial 207 que le dio vida jurídica a la institución. Fue un luchador constante por mejorar su gremio. Ese espíritu de lucha Miguelito lo transmitió a su hija la señorita Azucena Vásquez, presidenta del concejo estudiantil del entonces colegio Ismael Pérez Pazmiño”, contó este popular amigo de los machaleños que falleció el 27 de febrero del 2009. RECORDARLO Han pasado los años y ahora las modernas panificadoras han suplantado al horno y la artesanía que alimentó por muchos años a los machaleños como tampoco se escucha en las calles el grito de los panaderos que por las mañanas o en la tardes ofrecían: ¡Pan Calientito, Pan de la tarde, Panamito, Rosquitas, Ayullas, Chepitas..!. Entonces, desde hace 60 años las familias machaleñas consumen este exquisito producto. Hoy es justo recordar al creador del “panamito” patentado en la creatividad de Víctor Hugo Flores Olmedo, un ciudadano que forma parte de esta historia no contada de la ciudad de Machala.
Por: Alberto Chávez Cruz
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