miércoles, 23 de marzo de 2016

Tradición, cultura y fe se conjugan en las andas de San Antonio


Un total de 23 andas se exhiben en el templo de Nuestra Señora de Las Lajas de San Antonio de Ibarra. Oscar Lomas, presidente de la Junta Parroquial manifestó que a través de la municipalidad colaboran con las actividades desarrolladas por la Iglesia de la localidad.

La exposición de las andas y crucifijos es uno de los eventos más importantes dentro de la agenda establecida por Semana Santa. Las imágenes estarán abiertas al público hasta mañana y luego serán colocadas a los costados de la casa de oración.

El Viernes Santo a partir de las 19:00 se establece la procesión del Santo Sepulcro. “Las andas son una tradición que por cerca de 10 años se ha mantenido en la parroquia. Año a año más familias se unen a esta actividad en donde las mujeres y los niños también quieren ser parte de la peregrinación”, dijo Lomas.

Gran parte de las 23 esculturas son de material y elaboración liviana para que mujeres y niños puedan llevarlas sobre sus hombros. La imagen más representativa es la del Santo Sepulcro que debe ser trasladada por casi 30 personas por el gran peso que posee.

Esta imagen fue restaurada gracias al aporte de la municipalidad. Su estructura dorada está hecha con pan de oro y los brazos del Cristo de madera tiene las articulaciones superiores flexibles para que en el oficio de descendimiento, que se ejecuta 30 minutos antes de la procesión, la escena cobre vida ante los cientos de feligreses que asisten a este evento.

La ruta que se recorrerá este año será a la inversa de lo que comúnmente se hacía. Lomas explicó que iniciarán en la calle 27 de Noviembre para luego circular por las calles Ezequiel Rivadeneira, Ramón Teanga, Camilo Pompeyo, 27 de Noviembre, Francisco Terán, Bolívar y finalmente llegar a la Gruta de “Nuestra Señora de Las Lajas”.

Iván Onofre, párroco, indicó que la historia de las andas se origina en España, donde se recuerdan los pasajes de la Sagrada Escritura y motivar para que la gente rece en las calles masivamente.

Posteriormente la costumbre se arraigó en Quito y se propagó por el resto del país. “Las nuevas generaciones nos han permitido crear andas más livianas para que no solo sean los hombres los que participen sino las mujeres y hasta los niños. Con la riqueza artística que existe en la parroquia hoy contamos con piezas hermosas”, indicó.

FUENTE: DIRECCIÓN DE COMUNICACIÓN GADM IBARRA .

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