martes, 5 de enero de 2016

Retratos

La Pontificia Universidad Católica del Ecuador, su Centro Cultural,

invitan a la exposición
Retratos
de Adela Tobar.

Adelita llevaba , en sí, sin que lo dijera, una maravillosa reserva interior, un innato sentido del arte. Un día decidió descubrirse y hacernos conocer su tesoro escondido: tenía una excepcional disposición para la pintura y quiso intentarla, con responsabilidad, con seguridad de un destino para el que estaba señalada. Adquirió, pues, los elementos que le llevaran a perfeccionar un oficio y sólo cuando se sintió segura de él inició su camino plástico del que ya nadie podrá alejarla. Me decía que se decidió, tal vez, tardíamente; no creo que tenga razón en ello porque no hay tiempo perdido cuando se entra en el destino con la madurez, refinamiento y seguridad con que lo ha hecho.

Escogió un sólo motivo: el retrato; y en él se ha mantenido, inalterablemente, dentro de una manera que es suya y no admite confusión. Sus modelos son, en general, mujeres, y todas están estudiadas profundamente y tratada la composición con limpidez y elegancia. No usa recursos que escondan, disimulen o alteren la personalidad de quienes posaron para sus cuadros: están ellas, como gusta apreciarlas la artista, como las acostumbra ver, apacibles, serenas, en ningún caso atormentadas por conflictos íntimos o presas de pasiones contrariantes. Sorprenden las miradas que capta, que ven sin vernos, que no se perturban, ni perturban a quienes las miran, que no delatan su mundo interno, su intimidad guardada celosamente. Hay una cierta lejanía, una distinción que no requiere elementos superfluos, una expresión precisa, completa y suficiente y con ellas logra cumplir con el objetivo de reflejar a los personajes retratados no sólo desde la personalidad que ofrecen sino, y sobre todo, desde la visión personal de la artista: cuerpos finos, cuellos espigados, rostros serenos, y como entorno o decoración, cofias más o menos arregladas, a veces cabelleras caprichosas o adornos de manifiesta sencillez. Un particular gusto le lleva a completar los bustos vistiéndolos con refinamiento y a situarlos, anteponiéndolos a fondos de enramadas o flores exóticas, tratados sin excesos, con simplicidad de decenios y pintados con colores puros que mucho me recuerdan los lienzos de Matisse.

Adelita ha conseguido definirse en su propio estilo y en sus formas de pintar que la identifican y demuestran consistencia y personalidad. Estoy seguro de que ha de mantenerse en esta línea por algún tiempo pues esos caminos le ofrecen, todavía, innumerables y gratas posibilidades.

Por Filoteo Samaniego

No hay comentarios:

Publicar un comentario